Sombras y ecos
Cómo duele la distancia cuando la muerte es quien nos separa, / porque no hay consuelo ni esperanza, / No hay vehículo o camino que te devuelva a casa. / Tu vida se apagó y aunque respiro siento que para mí también se acaba, / por no tenerte aquí, / porque no estás junto a mí, / porque se me desprende el alma.
OBRAS
Mimeógrafo #135
Agosto 2024
Distancia
Verónica Schennel
(Venezuela)
Cómo duele la distancia cuando la muerte es quien nos separa,
porque no hay consuelo ni esperanza,
No hay vehículo o camino que te devuelva a casa.
Tu vida se apagó y aunque respiro siento que para mí también se acaba,
por no tenerte aquí,
porque no estás junto a mí,
porque se me desprende el alma.
Como duele el tiempo cuando transcurre pero no cura ni sana,
cuando las heridas se mantienen frescas,
y aún duelen, y aún sangran…
Los años son días,
siento que el tiempo no pasa,
Las horas son lentas, las horas son largas.
Como duelen los recuerdos cuando sé que ahora sólo son simples recuerdos.
Una vida contigo, una vida junto a ti,
una vida llena de momentos,
momentos que quiero revivir.
Momentos del pasado que ya no volverán,
recuerdos que ahora sólo arderán y dolerán.
Mimeógrafo #135
Agosto 2024
El Grito
Verónica Schennel
(Venezuela)
Mis lágrimas se desbordan como ríos,
mi interior se derrumbó,
la tristeza que llevaba guardada,
ahora tiene voz.
Esas lágrimas que se escapan empapando mi rostro y ahogando mi respiración,
es el grito desesperado que pide liberación.
Esas lágrimas que tanto guardé y que se fueron acumulando,
hoy corren por mi rostro y mueren en mis labios,
las seco rápidamente pero tiemblan mis manos,
todos me miran y ya no puedo evitarlo ni ocultarlo.
Es el grito de mi interior que quiere ser escuchado,
nada ni nadie puede callarlo.
Mimeógrafo #135
Agosto 2024
Noche de lluvia
Verónica Schennel
(Venezuela)
Esperándote bajo la lluvia vi el tiempo pasar,
a pesar de mi paciencia y de mis esperanzas,
no te vi llegar.
Mojada estoy de la cabeza a los pies,
mojada está mi alma también,
porque me hiciste daño otra vez.
Las personas con sus paraguas me observan al pasar,
el agua fría corre por mi cuerpo.
Las luces de los autos se reflejan en los charcos de agua que se forman en el suelo.
En esta noche lluviosa,
yo lloro y me acompaña el cielo,
llueve por fuera y también llueve por dentro.
Velada solitaria,
no llegaste a nuestro encuentro,
pero la culpable soy yo porque ya he pasado mil veces por esto,
y aún así, siempre te espero.