Verónica Azuaje (Otro caso de Bullying en los 90´s)

Corría el año 1997, cuando los padres de Verónica tomaron la decisión de llevar a cabo un cambio en la vida de su única hija. La adolescente cuya edad era 14 años, pasaría de cursar estudios de un liceo público a uno privado. ¿La razón? El peligro que representaban las constantes bombas lacrimógenas, que estudiantes de cursos superiores, lanzaban dentro del recinto escolar cada viernes.

NARRATIVA

M.S. Alonso (Venezuela)

4/19/2024

Mimeógrafo #131
Abril 2024

Verónica Azuaje

M.S. Alonso
(Venezuela)

(Otro caso de Bullying en los 90´s)

Corría el año 1997, cuando los padres de Verónica tomaron la decisión de llevar a cabo un cambio en la vida de su única hija. La adolescente cuya edad era 14 años, pasaría de cursar estudios de un liceo público a uno privado. ¿La razón? El peligro que representaban las constantes bombas lacrimógenas, que estudiantes de cursos superiores, lanzaban dentro del recinto escolar cada viernes.

La finalidad de los mencionados alumnos, era no ver clases e ir a realizar fiestas clandestinas, donde las drogas, el alcohol y el sexo fueran la orden de la tarde. Lo más triste de la preocupante situación que vivían los liceos públicos venezolanos en esa época, era que los mismos agentes policiales del Estado, suministraban las bombas, gracias a los contactos de algunos padres e incluso maestros tenían.

Tal acontecimiento en la familia, incurriría en gastos que ameritarían ajustes en el presupuesto, más, sin embargo, no era algo que el padre de Verónica no pudiera costear, gracias a un empleo estable en el sector privado.

Por tal motivo, a la madre de la adolescente, la mantuvo sin cuidado el ajuste presupuestal, estableciendo como prioridad, el bienestar de la niña. Pues, si bien era cierto que en el liceo anterior, nunca presentó bajo rendimiento en cuanto a calificaciones, también era cierto que debido a su fisionomía y personalidad, hubo sido víctima de burlas y criticas fuertes, por parte de los compañeros.

Inclusive, algunos comentarios hechos con la intención de dañar, llegaron de la mano de una profesora suplente, que creyéndose capaz de emitir juicio sobre la crianza de los alumnos, cuestionó cómo la madre de la adolescente no la permitía ayudar en los quehaceres de la casa. A su vez, se atrevió a inmiscuirse en la religión que la familia de Verónica practicaba.

Los niños y jóvenes realmente suelen ser bastante crueles, pero los adultos llevaban esa crueldad, por aquella época, más allá del límite permisible. Sí la madre de Verónica daba dicho trato a su hija, no era por mal. Todo derivaba de la ansiedad que ella presentaba desde la más tierna edad, con respecto a los estudios.

Por ello, la joven mujer no deseaba que su hija se dedicarse a otras actividades, mientras estuviera estudiando. Por supuesto, en vacaciones la historia era muy diferente.

La nueva escuela, no demostró ser mejor en cuanto al respeto entre compañeros. Los tratamientos de burlas para con Verónica no fueron los mismos, sino superiores.

Para inicios de enero, habiendo iniciado clases en octubre del año anterior, la adolescente, se fue cerrando tanto con los profesores como con sus padres y, a pesar de asistir a la escuela, su rendimiento escolar bajó abismalmente, con respecto al liceo público.

Los profesores, que en su mayoría eran profesionales de áreas diferentes a la de educación, y no poseían ni tan siquiera cursos o diplomados en psicopedagogía, no supieron cómo abordar la problemática de la adolescente.

El periodo 1997 – 1998, fue el único cursado por Verónica Azuaje en aquel liceo de paga, y aunque nadie lo supiera, ella pasó a engrosar las estadísticas de casos que conocemos como Bullying Escolar. Temática compleja de burla y menosprecio a niños y jóvenes, que son diferentes al común de la población estudiantil y que, lamentablemente, es causal de casos de ansiedad, depresión y suicidio en menores de edad.