Muere el Pilatos de la calle real

Durante muchos en la calle Real y oscura, rondaba la historia que vivía una bestia; aquella, que asesinaba a quien se le antojaba, dejando al descuido para que la policía culpara a quien no debía. Los únicos que lo lograban ver era los más pequeños de la cuadra; pues los adultos por cosas de la vida no lo miraban.

Fran Aristizábal (Colombia)

10/12/2024

Mimeógrafo #137
Octubre 2024

Muere el Pilatos de la calle real

Fran Aristizábal
(Colombia)

Durante muchos en la calle Real y oscura, rondaba la historia que vivía una bestia; aquella, que asesinaba a quien se le antojaba, dejando al descuido para que la policía culpara a quien no debía. Los únicos que lo lograban ver era los más pequeños de la cuadra; pues los adultos por cosas de la vida no lo miraban.

Un día, atraparon al señor de la tienda como autor del asesinato de su propia esposa; expresándose que él no mataba ni las moscas que vivían en pastelería.

- ¿Cómo Don Benito fue a matar a su señora esposa? – me dije sin explicarme más.

A los meses por la misma calle, apareció un joven cortado por el cuello con un sello donde decía PILATO; como haciendo referencia al bárbaro que llevó a Jesús a la muerte.

Las masacres fueron constantes; como la forma desgarradora en que caía vida por vida durante la primera o segunda guerra mundial. Era una total desfachatez ver como nadie hacia nada y el tal Pilatos hacía de las suyas.

Con el tiempo me dedique a través de los niños del barrio averiguar cómo era el señor Pilatos, logrando sacar solo una pequeña información.

- Lleva un traje como si fuera un abuelo, pero siempre usa un sombrero- finalizó uno de los niños de la calle.

Con el tiempo intenté dar con el Pilatos asesino, pero me daba la noche y nunca veía nada.

Un día pasó Don Braulio, mientras yo intentaba cazar al matón; sonriéndome y saludándome amablemente con su sombrero costeño me hacía señas mientras se dirigía como todos los fines de semana a la iglesia.

Aquella noche alguien me ganó en la cacería, pues se oyeron varios disparos; al salir, me fijé que el Pilatos había muerto a manos de uno de los niños que lograban verlo todos los días. Al ver su rostro de cerca nos fijamos los que lo rodeamos que se trataba del señor Braulio; personaje cauteloso y vigoroso por vivir en la iglesia del pueblo.