Me fui de este mundo
Muy tristes fueron pasando los días, unos grises, otros lluviosos. Mi corazón está doblemente dañado; físicamente, porque tengo una necrosis del 60 % y porque a mi expareja la descubrí tiempo atrás con un amante de varios años. Sí, creo nunca pude superar esa infidelidad.
NARRATIVA
Fotografía: Carlos Abraham
Mimeógrafo #136
Agosto 2024
Me fui de este mundo
Carlos Abraham
(México-Líbano)
Muy tristes fueron pasando los días, unos grises, otros lluviosos. Mi corazón está doblemente dañado; físicamente, porque tengo una necrosis del 60 % y porque a mi expareja la descubrí tiempo atrás con un amante de varios años. Sí, creo nunca pude superar esa infidelidad.
Realicé mis actividades deportivas del día, natación y box, y al terminar me fui a sentar a un café a tomar algo aromático, tratando de cambiar mi pensamiento. Algo que con el aroma cambiara mis pensamientos.
No entiendo por qué debo continuar con esta vida, a la que ya no le encuentro una dirección de vida, pues todo es puro problema, desde el gobierno que nos lleva por el camino de la tragedia, hasta la humanidad que perdió los valores para vivir; se volvieron muy vacíos, sin morales, se perdió el intelectualismo, la creatividad, el gobierno los volvió unos ninis estilo zombi que solo saben hacer una fila para pasar por un simple cheque. Hasta para ligar solo saben escribir o decir: ‘puedes ayudarme económicamente con una cantidad y hago lo que quieras’. Me quedo pensando si sabrán barrer y limpiar una residencia, porque ponen unos números que ojalá así fuera el cheque que les da el gobierno cada mes, ojalá reciban aumento con el nuevo que va a entrar a gobernar este imperio.
No sé por qué el gobierno quitó el apoyo al arte, a la cultura; estos ninis podrían estar aprendiendo a cultivarse para que así puedan conquistar algún personaje extranjero y promocionar el país, que mejor si fueran guías de turismo.
Comencé a sudar, fue tanta mi desesperación que no bajé esa ansiedad, ni golpeando al costal en el box, ni nadando los 2000 metros en la alberca. Cada que pasaba por el lado hondo sentía cómo me mortificaba y se estremecía todo mi cuerpo; nadar por el lado hondo está terrible, es oscuridad y profundidad sin poder saber qué estaba sintiendo, solo braceaba y braceaba para terminar ese recorrido de oscuridad de mi vida.
Ya era mucha la desesperación, tanta cafeína no me hacía efecto que terminé llamándole a mi amiga Marilyn, pues ella sabe de todo, es mega culta, guapísima, toda una dama de alcurnia. Contestó y le di el saludo diciéndole: ‘Hola Marilyn, no me he olvidado de ti, ando ocupado, pero me puedes dar un concejo de cómo se están suicidando ahora las personas con problemas en su sistema cerebral, decepcionadas de esta pinche vida’.
Pensó por unos minutos, después de saludarme y me dijo que hay dos formas: se pueden colgar del tubo de la regadera o de la chapa del baño, o alguna otra puerta de la casa. Me fui de volada a casa, entré corriendo al baño y me quedé observando la regadera. Creo que está más resistente que colgarte de una chapa, ya que esta se puede venir abajo y no pasaría nada, incluso terminaría en el hospital, y yo quiero terminar en los brazos del creador de la vida.
Fui al closet de blancos a buscar una cuerda, solo había un cable de luz, y uno de teléfono, al verlos el de teléfono se veía más débil, el de luz era calibre 11, lo tomé y corrí a la regadera, la fregaron mis padres, no me enviaron a campamentos de niño, y no sé cómo hacer nudos, creo me que me quedó raro, no sé si al colgarme éste solo se jale y me caiga al piso de sopetón.
Por mi peso, no sé, pues sentí raro el tubo y tuve que colgar el cable a lo alto; pasé a amarrarme del cuello como pude, me dio cosa, medio me solté, pero no pude bien, sentí que el tubo comenzaba a doblarse un poco, a mi mente llegó el que, si solo es un golpe, terminaría en el hospital con mi doctora amiga, ella se reiría de lo que me pasó y pasaría a que solamente mandaría su factura para cobrar sus honorarios.
Ahí, también como Marilyn es la experta en todo, aprueba que mi amiga doctora cobre lo que quiera, pues dice que tuvo que haber realizado muchos gastos en su aprendizaje médico para saber hacer facturas y saber cobrar sus honorarios. Tristemente, se volvió a llenar mi cabeza de mil pensamientos, sombras o soledad, falta de algo. Creo que a mi cerebro le falta la conexión de unos cables importantes para poder carburar bien esta vida.
Ya no intenté suicidarme con la perilla de la puerta, ni las maderas ya no son de cedro, como antes, entonces pasará lo mismo, me colgaría, no sé la altura, pero no es tan alta, ¡¿cómo me voy a ahorcar?! Caería también de sopetón, y tal vez solo me desnuque o reciba un golpe en la espalda, el que igual me tendrían que transportar al hospital.
Lástima que mi cabeza se revolotea pensando en qué hacer, y no puedo pedirle ayuda a Marilyn, ¡qué hare! Necesito poder lograrlo sin tener que pasar por un hospital, y todavía tener que pagar ahí. No, no puede ser, Marilyn no me supo explicar bien los pasos, no quiero pasar por esa doctora, necesito irme directo con el creador.
Creo que lo que me queda, no sé por qué no lo pensé antes, es subirme al roof. ¿Por qué a todas las azoteas ahora se les llama roof?, si es una azotea con tinacos y cables; ésta se localiza en el piso 10, desde ahí puedo lanzarme en dirección de uno de los cuatro puntos cardinales, pero ¿cuál es el punto cardinal donde nos protege y cuida nuestro Señor?
¡Uta!, dejé el celular en el piso 6 y no le podré preguntar a Marilyn la dirección de lanzamiento, mejor me dirijo al norte, o como estoy en la playa, busco la dirección al mar. Listo, pensando en el lanzamiento, 1,2,3, adiós mundo cruel, te odio vida.