El espíritu de Marat
El espíritu de Marat —hemos concluido tras atenta lectura— se trata de una obra maestra donde la calidad y el profesionalismo del autor nos ofrecen una muestra efectiva, ora de todo el conocimiento histórico, ora de su posterior manejo. Y es que a cada página, a cada capítulo podemos ver cómo el autor se apropia con maestría de la atención del lector.


Mimeógrafo #141
Febrero 2025
El espíritu de Marat
(Reseña)
Santiago G. Lucio
(España)
El espíritu de Marat —hemos concluido tras atenta lectura— se trata de una obra maestra donde la calidad y el profesionalismo del autor nos ofrecen una muestra efectiva, ora de todo el conocimiento histórico, ora de su posterior manejo. Y es que a cada página, a cada capítulo podemos ver cómo el autor se apropia con maestría de la atención del lector.
No puede, esto es obvio, concluirse otra cosa cuando desde la primera palabra te encuentras frente a una lectura vivida, una puerta que te introduce a ese mundo cruel e indómito en el que Marat intenta sobrevivir.
Con una lectura muy gentil, y ese magnífico desarrollo de la trama en la que te envuelve hasta contener la respiración, la obra va sumergiéndote por completo en un mundo hostil, del cual debes regresar, siempre, a cada paso, preguntándote: «¿Será eso posible?»
Estamos, esto es claro, ante un libro completamente emocionante, cargado de intriga, misterio y emoción, que te mantendrá hábilmente inmerso entre sus páginas.
AJRR Adriana Rodríguez
Tamaulipas México

Sinopsis
Pierre disfruta de los mejores momentos de su vida, sus problemas durante su juventud y primera madurez han quedado atrás y está feliz consigo mismo y con la vida que lleva. Podría decirse que la vida le sonríe. Tiene salud, una pareja que le quiere y un retoño que le idolatra y, casi por primera vez en su vida, algo de dinero para vivir cómodamente.
No obstante, esta felicidad largamente buscada y finalmente alcanzada se resquebraja de golpe un buen día, haciendo saltar su mundo por los aires: su panadería, a la sazón, pilar fundamental en su vida, ha sido reducida a escombros y, con ella, las posibilidades de proporcionar cobijo y alimento a aquellos a quienes ama.
Será así como, con su futuro en entredicho, Pierre se verá obligado a, poniendo pies en polvorosa, salir, con el rabo entre las piernas, de la sociedad que le vio medrar: la gran ciudad, aquella que se lo ha dado todo.
¿Su única opción viable? Un circuito cuajado de ratas, ahí donde, quizá, quienes permanecen sumergidos en la miseria matando por un trozo de pan, jamás puedan encontrarlo. ¿Su crimen? Trabajar en una panadería cuando el pan se considera tan valioso como el oro.
Contra todo pronóstico, dos almas han parecido tomarle la delantera en ese inhóspito hábitat: Jean de les Chirles, enigmático anciano filósofo e hito viviente para la nación francesa, por un lado, y Jean Paul Marat, científico, político y brillante humanista cuyo nombre ha quedado en la memoria de la humanidad, por el otro.
Para colmo una de ellas pareciera estar emperrada en acabar con su vida mientras la otra dinamita, de un plumazo, sus esperanzas, sumergiéndolo en un frío baño de realismo descarnado y cruel que termina arrebatando lo poco de cuerdo que hay en él, siendo su única vela la ya improbable supervivencia de su hijita, extraviada por las ahora desangeladas calles de París.
Será así como, a un tiempo, sigamos por idéntico escenario los pasos de Jean Paul Marat, quien trata de escapar de aquel infierno donde, si Dios no lo remedia, acabará sus días a merced de grandes deudas contraídas para con sus no pocos acreedores, quienes han puesto ya precio a su cabeza.