El caso de la sombra en el espejo

El detective Luis Ramírez era un experto en lo paranormal. Desde niño, había desarrollado la habilidad de ver y comunicarse con los espíritus, fantasmas y otras entidades sobrenaturales que habitaban el mundo. Su pasión por lo misterioso lo llevó a convertirse en un investigador privado especializado en casos relacionados con fenómenos inexplicables y criaturas misteriosas.

NARRATIVA

Mario Aníbal Rodríguez Flores (México)

2/17/2024

Mimeógrafo #129
Febrero 2024

El caso de la sombra en el espejo

Mario Aníbal Rodríguez Flores
(México)

​El detective Luis Ramírez era un experto en lo paranormal. Desde niño, había desarrollado la habilidad de ver y comunicarse con los espíritus, fantasmas y otras entidades sobrenaturales que habitaban el mundo. Su pasión por lo misterioso lo llevó a convertirse en un investigador privado especializado en casos relacionados con fenómenos inexplicables y criaturas misteriosas.
Un día, recibió una llamada de una mujer llamada Elena, que le contó que estaba siendo acosada por una sombra en su casa. Según ella, cada vez que se miraba al espejo, veía una figura oscura detrás de ella, que la observaba con malicia y le susurraba cosas horribles al oído. Elena estaba aterrorizada y no sabía qué hacer.
Luis aceptó el caso y se dirigió a la casa de Elena. Al llegar, la encontró sentada en el sofá, con el rostro pálido y las ojeras marcadas. Le dijo que la sombra había vuelto a aparecer esa mañana y que le había amenazado con matarla si no le entregaba su alma. Luis le preguntó si había hecho algo que pudiera haber provocado la ira de la sombra, como usar algún objeto maldito, invocar algún espíritu o romper algún pacto. Elena negó todo y le aseguró que era una persona normal y corriente, que no tenía nada que ver con lo oculto.
Luis le pidió permiso para inspeccionar la casa y buscar alguna pista que le ayudara a resolver el misterio. Elena accedió y lo acompañó a su habitación, donde estaba el espejo que la sombra usaba para manifestarse. Luis examinó el espejo con cuidado y notó que tenía un pequeño rasguño en una esquina. Le preguntó a Elena si sabía cómo se había producido y ella le dijo que no, que el espejo estaba así cuando lo compró en una tienda de antigüedades hace unos meses.
Luis sintió un escalofrío al escuchar eso. Recordó que había oído hablar de un tipo de maldición que se transmitía a través de los espejos, y que consistía en atrapar el alma de una persona dentro de ellos, para que sirviera de alimento a una entidad maligna. Luis le preguntó a Elena si recordaba el nombre de la tienda donde compró el espejo y ella le dijo que se llamaba “La casa de los espejos”. Luis reconoció el nombre y se dio cuenta de que estaba ante un caso muy serio.
“La casa de los espejos” era una tienda de antigüedades que se había ganado una fama de maldita, debido a que muchos de sus clientes habían sufrido desgracias o habían desaparecido después de comprar alguno de sus productos. Se decía que el dueño de la tienda era un brujo que coleccionaba espejos hechizados, y que los vendía a personas inocentes para que fueran víctimas de sus maldiciones. Luis había intentado investigar la tienda varias veces, pero siempre se encontraba con que estaba cerrada o que había cambiado de ubicación.
Luis le explicó a Elena la situación y le dijo que tenía que deshacerse del espejo cuanto antes, antes de que la sombra se hiciera más fuerte y la atacara. Elena aceptó y le pidió que la ayudara a llevar el espejo al coche. Luis cogió el espejo con cuidado y lo envolvió en una sábana, para evitar que la sombra lo viera. Elena cogió su bolso y salió de la casa con él.
Cuando llegaron al coche, Luis abrió el maletero y colocó el espejo dentro. Elena se subió al asiento del conductor y le dijo a Luis que lo siguiera con su coche, para ir juntos a un lugar donde pudieran destruir el espejo. Luis asintió y se dirigió a su coche, que estaba aparcado en la calle.
Pero antes de que pudiera subir, escuchó un grito desgarrador que provenía del coche de Elena. Luis se giró y vio que el coche estaba envuelto en llamas, y que Elena estaba atrapada dentro, gritando de dolor. Luis corrió hacia el coche, pero era demasiado tarde. El fuego se había extendido por todo el vehículo y no había forma de apagarlo. Luis solo pudo ver cómo Elena se consumía entre las llamas, mientras la sombra se reía desde el espejo.
Luis se quedó paralizado, sin poder creer lo que acababa de presenciar. Se dio cuenta de que la sombra había provocado el incendio, y que había usado el espejo como un portal para escapar de la casa y seguir a Elena. Luis sintió una rabia y una impotencia enormes, y juró que vengaría la muerte de Elena y que acabaría con la sombra y con el brujo que la había creado.
Luis tomó una decisión. Tomó el espejo del maletero, que seguía intacto entre las llamas, y lo miró fijamente. Vio la cara de la sombra, que lo miraba con una sonrisa malévola. Luis le dijo que se había equivocado de víctima, y que él era el verdadero enemigo, lo iba a seguir hasta el infierno y que lo iba a destruir
Y entonces, Luis rompió el espejo con todas sus fuerzas, y entró en él.