El balcón

Al vivir en un edificio, se entera uno de la vida década vecino, / pero solo logro escuchar y ver lo que hace el vecino de arriba y la de abajo. / Escuché el otro día que la vecina, que es psiquiatra, estaba convenciendo a una paciente de no suicidarse, creo se quería aventar de un puente del periférico.

POÉSIA

Carlos Abraham ​(México-Líbano)

3/15/2024

Fotográfica: Carlos Abraham

Mimeógrafo #128
Enero 2024

El balcón

Carlos Abraham
​(México-Líbano)

Al vivir en un edificio, se entera uno de la vida década vecino,
pero solo logro escuchar y ver lo que hace el vecino de arriba y la de abajo.
Escuché el otro día que la vecina, que es psiquiatra, estaba convenciendo a una paciente de no suicidarse, creo se quería aventar de un puente del periférico.
Termino medicándola, lástima que cada departamento tiene su propio internet, si no, sabríamos más de cada vecino.
Al terminar la consulta, no sé si debió cerrarle la boca al final para que no dijera incoherencias, y le envió por mensaje su receta médica.
El vecino de arriba, veo que sale unos segundos al balcón y mira rápidamente para abajo y se vuelve a meter; así ha estado ya varios días.
No sé qué le pasa, no lo hace con un ritmo de frecuencia; como está con esa obsesión, no creo sepa que a dos balcones debajo de él, hay una psiquiatra que puede ayudarlo.
Ayer no fumaba, pero hoy sí sacó su cigarro y la sujeta en su mano izquierda. Qué le pasa, me da ganas de gritarle que le puedo ayudar.
Como vivimos en la playa, lo veo solo con su bóxer y logro verle su panza chelera, no se cuida en su alimentación, y anda con su barba de candado y todo despeinado.
La psiquiatra ya terminó la atención a sus pacientes a través de Zoom, y luego se fue a correr a la playa.
Mientras tanto, el vecino de arriba, siento que no sabe qué hacer, continua con ese ritmo de salir a observar a la calle y meterse rápidamente al departamento; está todo tranquilo, creo que su mente no se está coordinando.
Veo cómo después de varias ocasiones termina poniendo los brazos en el barandal, se le ve cómo crecen sus bíceps y se ve una sombra como levantando su cuerpo para terminar aventándose de su balcón, fue desde el séptimo piso.
Después de su suicidio nos enteramos por la guardia nacional que le debía a la tienda departamental Coppel y estaban los cobradores a un paso de entrar a su departamento para quitarle algunas de sus pertenencias.
Un final trágico, pero rápido y tranquilo. No todos los del edificio se enteraron de que ya no continuaríamos más con uno de nuestros vecinos.